Fue increíble esa experiencia, nunca me había sentido así, estaba yo tan tranquilo y de repente Yahvé me dirigió la palabra, me dijo que él ya me conocía desde hace mucho tiempo, desde antes de que yo naciera, eso me pareció extraordinario, él me dijo que todo lo que me dijera de hacer y de decir lo tenía que hacer, entonces él alargó su mano y tocó mi boca, me dijo que él había puesto sus palabras en mi boca, y que me daba el permiso para hacer sobre la gente y sobre los reinos, lo que yo encontrara necesario.
Él me dijo que desde el norte se iniciaría el desastre sobre todas las persona de esta tierra, por haberle dejado de lado a él, a Yahvé, y haber adorado a otros dioses. Me dijo también que les dijera a las personas todo lo que él me mandara, me dijo que la gente me trataría mal, y que me sería duro, pero que no me rindiera, porque él estaría allí conmigo, en todo momento.