En el año de la muerte del rey Ozías, me pasó una cosa difícil de contar, de golpe vi a Yahvé sentado en su trono con todos sus serafines alrededor; no se si sabeis lo que son los serafines pues ya os lo digo yo, son como una especie de animales voladores con 6 alas; yo dije que era un hombre impuro y entonces uno de los serafines se acercó a mi y me quemó los labios con una brasa, me dijo que yo ya no era un hombre impuro.
Yahvé me dijo que tenía que dejar las ciudades sin habitantes y antes de eso me dijo que el pueblo no comprendiera nada, no vieran ni oyeran por si mismos, ya que si comprendian, veian y escuchaban podrían volverse buenos y curarse; eso me pareció un poco raro viniendo de Yahvé ya que yo pensaba que él quería el bien para el pueblo, pero hablé con Jeremías y él me dijo que Yahvé hacía esto por que el pueblo no había confiado en él y había creído y alabado a otros dioses. Es tanta la confianza que Yahvé perdió en su pueblo que no quería que dejara ni una estirpe de ellos.
Isaias dice:
ResponderEliminarYo los serafines los veia más como angeles, o especies extraordinarias.